Por Javier Salinas Cesáreo, La Jornada, 15 de octubre de 2017

La justicia para la mujer indígena en nuestro país y en Latinoamérica es un tema pendiente, porque lejos de que los gobiernos brinden respeto, han criminalizado la protesta social, violentado principalmente sus derechos físicos, sicológicos y sexuales, así lo denunciaron representantes de organizaciones de mujeres indígenas y académicos de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

Al participar en el foro “Mujeres indígenas: tierra y territorio, violencia y biodiversidad” los participantes exigieron un alto a las intimidaciones, encarcelamientos y asesinatos de mujeres indígenas que luchan por el respeto a sus cuerpos, tierras y territorios.

Guadalupe Martínez Pérez, coordinadora de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, señaló que en nuestro país y América Latina existen más de 5 mil conflictos principalmente de despojos, territorios y de la criminalización de las personas que defienden los derechos humanos; que han afectado comunidades indígenas.

“La violencia se ha generalizado, no hay datos desagregados en el tema de la mujer indígena pero hemos visto que los tres países con alto nivel de feminicidios son México, Guatemala y El Salvador. La violencia hacia la mujer en las comunidades indígenas se dan en mayor medida, pero son datos invisibilizados”, dijo.

Mercedes López Martínez, de la asociación Vía Orgánica afirmó que en América Latina y el Caribe el 48 por ciento de las mujeres producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos, pero constituyen la población más pobre entre los pobres, con mayores índices de analfabetismo, sin percibir salarios y sin poder de decisión en al ámbito comunitario y rural.

“La FAO indica que en promedio, tan sólo el 20 por ciento de esas mujeres son propietarias de las tierras, reciben el 10 por ciento de los créditos y el 5 por ciento de la asistencia técnica para el sector, siendo propietarias de las tierras menos productivas por sobrexplotación y uso de químicos”, apuntó.

Destacó que en nuestra región latinoamericana las mujeres trabajan en el campo hasta 16 horas diarias como productoras de cultivos básicos, en las huertas, cuidando animales, acarreando agua, alimentando a sus familias, cuidando menores o personas enfermas, comercializando productos o reproduciendo las semillas; sin que perciban un sueldo por su labor o sean beneficiarias de las ganancias.

“El modelo capitalista ha impulsado un revolución verde con proyectos agroindustriales que ha provocado una crisis planetaria a nivel económico, político, social, alimentario y ecológico; sobre todo en territorios indígenas que concentran el 60 por ciento de los recursos naturales. Modelo contra el que las mujeres luchan aunque eso implique arriesgar su vida en medio de tanta violencia, degradación y devastación por parte de grandes corporaciones internacionales”, expresó.

Durante el foro, se llevó a cabo la presentación del libro Conocimientos, Prácticas y Participación de las Mujeres Indígenas; además se inauguró la exposición fotográfica: “Soy Tierra y Territorio. Voz y Visión de Mujeres Indígenas de México y Colombia”, la cual consta de 28 fotografías tomadas por mujeres indígenas (12 de Colombia y 16 de México), que están comprometidas por su tierra.

“La idea es que vean esta exposición como mujeres con dignidad que luchan, que son fuertes, y no pobrecitas, no porque son mujeres o indígenas no las podamos ver. Son mujeres con mucha potencia y las fotos las miradas son de niñas creciendo bien y de señoras trabajando opinando de todo lo que hacen en el día a día. Quisimos que la gente que se vaya de aquí y que sepa que hay mujeres que trabajamos con dignidad”, aseveró Martínez Pérez.