Por Angélica Enciso, La Jornada, 8 de septiembre de 2017

Los usos y costumbres de las comunidades ayudan a la conservación del medio ambiente. El respeto a la tierra, la reforestación con plantas nativas y la protección de las especies es parte de la herencia cultural que ahora se va a transmitir a las nuevas generaciones.

Esto señalaron, Alejandro Reyes, secretario del comisariado de bienes comunales de Santa María Tiltepec, de la Mixteca Alta, en Oaxaca, y María Bustillos, del proyecto Tarahumara Sustentable, durante el conversatorio Defensa de los ecosistemas desde los saberes indígenas, organizado por el Centro de Información de Naciones Unidas para México.

Reyes señaló que en la comunidad, desde hace unos 30 años –sin saber del calentamiento global– se empezó a reforestar, con un plan piloto entre 1983 y 1985. Se utilizaron plantas nativas y el resultado fue la recuperación de los bosques, se observa que las lluvias son continuas y es impresionante el contraste con comunidades que están a unos cinco kilómetros, donde se presentan sequías.

Explicó que ellos tienen selva y madera, se ve la humedad, hay más recarga de los mantos acuíferos y no hay contaminación. Con el proyecto Mixteca se pusieron baños ecológicos y no se usan plaguicidas, para no afectar colmenas ni hormigas.

La tierra tiene vida, nos da de comer, por eso es la madre tierra, por eso hemos mantenido la tradición de pedir permiso a la tierra cuando vamos a sembrar.

La representante de la organización Tarahumara Sustentable explicó que de los ancestros se ha aprendido que se debe cuidar lo que un día se nos prestó, el medio ambiente. Desde que iniciamos a caminar en este mundo, nacemos con el conocimiento y sensibilidad de vivir en conexión con la naturaleza. Indicó: queremos ser escuchados, exponer las necesidades reales en este momento, lo que sufre el medio ambiente. Se busca que los jóvenes retomen esto, porque serán ellos los que seguirán en este mundo.