Artículo original en inglés, en el New York Times

Por STEPHANIE STROM | 25 de julio del 2017

Un número cada vez mayor de alimentos de uso común en las cocinas de Estados Unidos han resultado positivos en los análisis de glifosato, el herbicida que es el ingrediente principal del popular pesticida Roundup, muy usado en la agricultura. Pero pocas marcas en esa lista son tan sorprendentes como la última: Ben & Jerry’s, la compañía de helado de Vermont conocida por su imagen familiar y sus posturas de defensa del medio ambiente.

La Organic Consumers Association anunció el martes que encontró rastros de glifosato en 10 de 11 muestras de los helados de las compañía – aunque a niveles mucho más bajos que el límite impuesto por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense.

Rob Michalak, director global de misión social de Ben & Jerry’s, dijo que la compañía estaba trabajando para asegurarse de que todos los ingredientes en su cadena de suministro provengan de fuentes libres de organismos genéticamente modificados, conocidos como O.G.M.s. Ninguno de sus ingredientes vegetales, por ejemplo, proviene de un cultivo genéticamente modificado como maíz o soya, donde el glifosato es usado para su desarrollo. La compañía también está intentando descubrir una manera rentable para que las granjas lecheras que proveen su leche usen pienso no-OGM.

“Estamos trabajando para hacer una transición que nos aleje lo más posible de los O.G.M.,” -afirmó Michalak. “Pero entonces llegan estas pruebas y necesitamos entender mejor de dónde viene el glifosato que están encontrando. Tal vez viene de algo que ni siquiera está en nuestra cadena de suministros, y por lo tanto no lo registramos.”

Grupos de consumidores de todo el país, incluyendo la Organic Consumers Association, han comenzado a generar consciencia sobre el glifosato existente en los alimentos, debido a que algunos estudios lo han relacionado a una variedad de enfermedades. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, parte de la Organización Mundial de la Salud, declaró este año que “probablemente” podía causar algunos cánceres. La agencia revisó estudios científicos realizados sobre personas, animales de laboratorio y células para evaluar si el glifosato podría causar cáncer.

Monsanto y otras compañías que hacen productos que contienen glifosato disputan fuertemente esos estudios y dicen que no hay razón para preocuparse. El gobierno y otros reguladores tienden a estar de acuerdo con que niveles muy bajos no son dañinos para los seres humanos.

Ronnie Cummins, uno de los fundadores y director internacional de la Organic Consumers Association, dijo que la cantidad encontrada en el helado de Ben & Jerry’s no violaría ninguna regulación. “No todo el mundo está de acuerdo con los niveles aceptables que el gobierno ha impuesto,” dijo el Sr. Cummins. “Y, de cualquier manera, ¿querrías estar comiendo esa cosa en la cantidad que fuera?”

El tema es poco claro. Diversos hallazgos sobre el impacto del glifosato en la salud han dividido a gobiernos, científicos, reguladores y hasta a la Organización Mundial de la Salud, con su Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer relacionándolo con el cáncer y otra unidad de la organización insistiendo en su seguridad.

Esto es lo que sabemos:

Los niveles de glifosato encontrados en los helados de Ben & Jerry’s son, de hecho, pequeños, de acuerdo a reguladores del gobierno y al científico que hizo las pruebas.

Entre los sabores examinados, el Chocolate Fudge Brownie de Ben & Jerry’s mostró los niveles más altos de glifosato, con 1.74 partes por billón, y el subproducto del glifosato, ácido aminometilfosfónico registrando 0.91 partes por billón.

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Resultados de la Prueba

Las cantidades de glifosato (el herbicida usado en el Roundup) descubierto en una pinta de cada sabor de helado de Ben & Jerry’s, en partes por billón.

Cherry Garcia
—No se detectó glifosato
Vainilla (2 muestras examinadas)
—0.05 a 0.25
Half Baked
—0.05 a 0.25

Americone Dream
—0.05 a 0.25

Chocolate Chip Cookie Dough
—0.05 a 0.25

Phish Food
—0.42

The Tonight Dough
—0.42

Peanut Butter Cup
—0.57

Peanut Butter Cookie
—0.91

Chocolate Fudge Brownie
—1.74

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Tales cantidades podrían parecer insignificantes. John Fagan, director ejecutivo de los laboratorios del Instituto de Investigación para la Salud, quienes hicieron las pruebas para la Organic Consumers Association, calcularon que un infante de 34 kilos tendría que consumir 145,000 porciones de 0,236 litros al día del helado de Ben & Jerry’s Chocolate Fudge Brownie para alcanzar el límite colocado por la Agencia de Protección Ambiental, el cuerpo gubernamental encargado de limitar la cantidad de glifosato permitido en los alimentos.

Un adulto tendría que comer 290,000 porciones para alcanzar el límite de la agencia, dijo el Dr. Fagan.

Hasta los límites regulatorios europeos por el consumo de glifosato, los cuales son casi seis veces más bajos que los límites en los Estados Unidos, encontraron que un infante tendría que comer 25,000 porciones al día y un adulto 50,000 para que el herbicida represente una amenaza.

“Basados en estos límites gubernamentales, los niveles encontrados en el helado Chocolate Fudge Brownie de Ben & Jerry’s podrían parecer completamente irrelevantes,” -dijo.

Pero recientes investigaciones sugieren que los niveles de glifosato podrían seguir siendo importantes. En una investigación publicada este año en el periódico Nature, ratas que consumieron dosis muy bajas de glifosato diariamente mostraron signos tempranos de enfermedad de ácido graso dentro de tres meses, lo cual empeoró conforme pasaba el tiempo.

En ese estudio, llevado a cabo por un grupo de científicos del Colegio de Londres King y liderados por Michael Antoniou, biólogo molecular, las ratas consumieron en un día una cantidad de glifosato equivalente a una porción de infante del helado Chocolate Fudge Brownie de Ben & Jerry’s, dijo el Dr. Fagan.

Monsanto, el mayor vendedor de productos que contiene glifosato, etiquetó a la investigación de “mala ciencia” y un refrito de un estudio hecho cinco años antes. Algunos científicos criticaron el estudio más reciente por fallar en la revelación de la edad de las ratas, que podrían afectar los resultados, y por usar una raza con tendencia a los tumores.

“Hubo un número de críticas de ese estudio que eran absolutamente falsas,” dijo David Schubert, profesor del Instituto Salk para los Estudios Biológicos que trabaja en enfermedades neurodegenerativas. “Pero la industria hace lo que puede para hacer de la ciencia algo muy confuso para quien no sea un experto.”

El Dr. Schubert señaló un estudio en el periódico Cell Chemical Biology que salió un poco después que el liderado por el Dr. Antoniou, el cual descubrió que cuando un cuerpo procesa glifosato, uno de los subproductos del glifosato interfirió con la habilidad del cuerpo para descomponer los ácidos grasos. La acumulación de los ácidos grasos es característica de la enfermedad de ácido graso.

“Básicamente confirma lo que Antoniou mostró en su investigación,” dijo el Dr. Schubert.

Uno de los grupos de consumidores que señalan a Ben & Jerry’s podría tener una razón de mayor peso.

La Organic Consumers Association ha estado trabajando con una organización llamada Regeneration Vermont para persuadir a Ben & Jerry’s de que se vuelvan orgánicos. Las normativas federales que regulan la agricultura orgánica prohíben el uso de glifosato.

Para comunicar su parecer, la asociación también hizo que el Health Resource Institute examinara a cuatro marcas orgánicas de helado de vainilla – Alden’s, Three Twins, Julie’s y la marca de Whole Foods Market 365. El laboratorio descubrió 0.25 a 0.5 partes por billón del subproducto del glifosato, ácido aminometilfosfónico, en la muestra de 365, pero sin rastros detectables del glifosato o su subproducto en otras muestras.

“Si se volvieran orgánicos, no tendrían este problema,” dijo Will Allen, uno de los fundadores de Regeneration Vermont y agricultor orgánico que se ha reunido con los ejecutivos de Ben & Jerry’s.

Otros grupos haciendo pruebas por glifosato lo han encontrado en Quaker Oats, Cheerios, Ritz Crackers y Simply Naked Pita Chips de Stacy’s, entre una variedad de productos. Las compañías detrás de esos productos han señalado que las cantidades de glifosato caían muy por debajo de los límites regulatorios.

Muchos de esos productos tienen pocos o ningún ingrediente derivado de cultivos genéticamente modificados como maíz, soya y betabeles, los cuales han sido diseñados para soportar al glifosato. Sin embargo, algunos de esos productos han resultado con más glifosato registrado en niveles muchos más altos que aquellos encontrados en los helados de Ben & Jerry’s.

Tanto el Sr. Cummins, de la Organic Consumers Association, como el Sr. Michalak, de Ben & Jerry’s, dijeron que el glifosato encontrado en Ben & Jerry’s probablemente viene de los añadidos como crema de cacahuate y masa de galleta. Tales productos contienen ingredientes como trigo, avena y cacahuates que comúnmente son rociados con herbicida para secarlos.

Independientemente de los resultados, este podría ser el inicio para las marcas, que se enfrentarán a un creciente escrutinio sobre el glifosato.

En los últimos años, grupos de consumidores y ambientales han comenzado a hacer pruebas de glifosato en alimentos, porque, mientras el gobierno examina alimentos rutinariamente por una variedad de pesticidas, no hace pruebas de glifosato regularmente.

En 2011, el Departamento de Agricultura realizó una prueba especial de 300 muestras de soya por glifosato y encontró al herbicida en 271 de ellas, de acuerdo a Carey Gillam, autora de “Whitewash: The Story of a Weed Killer, Cancer, and the Corruption of Science,” (Ecoblanqueo: La historia de un herbicida, cáncer y la corrupción de la ciencia) un libro sobre el glifosato que saldrá a la venta en octubre.

“Los reguladores han cerrado los ojos a intentar descubrir qué niveles de glifosato están en nuestra reserva de alimentos,” dijo Gillam.

El Departamento de Agricultura no respondió a una petición de comentarios.

La Administración de Drogas y Alimentos es responsable de hacer cumplir los niveles de residuo máximos de pesticida para cualquier alimento en el comercio interestatal, y publica un reporte anual del residuo de pesticidas encontrados en alimentos, con excepción del glifosato.

Megan McSeveney, vocera de la agencia, dice que los métodos usados en sus exámenes anuales no pueden detectar glifosato debido a su maquillaje químico y cómo se degrada. Los métodos de prueba disponibles, añadió, son costosos y requieren de mucho trabajo. En 2014, después de que la Oficina de Cuentas del Gobierno criticó agudamente a la agencia por fallar en hacer pruebas de glifosato – y también por no liberar esa información al público – la Administración de Alimentos y Drogas dijo que costaría alrededor de $5 millones de dólares comenzar esas pruebas.

La agencia, dijo McSeveney, planeaba examinar cuatro productos alimenticios – maíz, soya, huevos y leche – aunque no podía decir cuando comenzarían tales pruebas.

Algunas compañías alimenticias y de productos básicos han decidido que no pueden esperar al gobierno. La Compañía Scoular, la cual vende granos y otros productos, ha comenzado a requerir de agricultores que venden a la compañía soya y maíz que les notifiquen antes de usar defoliantes, incluyendo glifosato.

“Estamos preocupados sobre el aumento general de residuos químicos en los alimentos,” dijo Greg Lickteig, director en Scoular, “y algunos de nuestros clientes también están preocupados. Así son las cosas. Ahora tenemos la habilidad de saber qué está en nuestra comida más que antes.”

FuenteNew York Times
A favor de la salud, la justicia, las sustentabilidad, la paz y la democracia.