Por IPEN, 28 de abril de 2017

Hoy, en la 8° conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo, Chile y Canadá sorprendieron a los delegados proponiendo permitir que se reciclen materiales que contienen un retardante de flama tóxica muy presente en la basura electrónica. La propuesta viola la Convención de Estocolmo, que en forma explícita prohíbe el reciclaje y reutilización de las sustancias incluidas en la lista del convenio.

La sustancia DecaBDE se usa en el envasado plástico de los productos electrónicos y si no se retira, pasa a los nuevos productos cuando se recicla el plástico. Los estudios de toxicidad indican que tiene efectos neurotóxicos y potencialmente adversos en el desarrollo y en el sistema reproductivo, y DecaBDE o sus productos degradados pueden actuar también como disruptores endocrinos.

Es irónico que un nuevo estudio de IPEN (1) muestra que las políticas de reciclaje de sustancias tóxicas defendidas por estos países contaminan fuertemente productos infantiles. En realidad, en Canadá todos los juguetes de una muestra hechos de plástico reciclado contenían tanto OctaBDE y DecaBDE.

“¿Cómo es posible que estos países defiendan una política pública que potencialmente envenena a sus niños”? dijo Pam Miller, co presidenta de IPEN. “Los materiales reciclados que contienen sustancias químicas tóxicas contaminan los nuevos productos, continúan la exposición y dañan la credibilidad del reciclaje”.

El comité de expertos del Convenio ha advertido en contra del reciclaje de tóxicos recomendando en forma explícita eliminar esas sustancias de los circuitos de reciclaje “tan rápidamente como sea posible”, destacando que “Si no se hace eso, los resultados serán mayor contaminación en los seres humanos y el ambiente…y pérdida de la credibilidad a largo plazo del reciclaje”.

Esta propuesta de inclusión de reciclaje también es equivalente a la legalización del vertido de basura electrónica en países en desarrollo, lo que se describe cínicamente como “reciclaje”.

La basura electrónica es el cauce de más rápido crecimiento y ahora parece que estos países desean que su uso sea legal y su vertido lo sea también cada vez más” dijo Tadesse Amera, de PAN Etiopia. “Los países de la OECD ya nos mandan un montón de basura electrónica y ahora parece que desean aumentar nuestra carga tóxica, haciendo lo exactamente opuesto a los objetivos de la Convención de Estocolmo”.

Nota

IPEN es una red global de organizaciones de interés público de más de 100 países, toda ellas trabajando para reducir y eliminar las sustancias tóxicas. www.ipen.org  twitter @ToxicFree

Traducción: Red de Acción en Plaguicidas, RAP-Chile