Por Laura Poy Solano, La Jornada, 17 de abril de 2017

El uso de fertilizantes y el bajo porcentaje de tratamiento de aguas residuales ha generado que al menos 80 por ciento de la contaminación que afecta a los océanos del planeta provenga de actividades en tierra firme, entre ellas la agricultura, que ocupa un papel preponderante en el uso y contaminación de recursos naturales, en particular del agua y el suelo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que para alcanzar la meta de reducir la cantidad de contaminantes que llegan a nuestros océanos se debe incrementar cada año, hasta 2030, en 154 millones el número de personas con acceso al tratamiento de aguas residuales.

Destaca que si bien los nutrientes –que incluyen compuestos de nitrógeno y fósforo– son esenciales para la salud de los ecosistemas marinos, al ser consumidos por microscópicas plantas flotantes (fitoplancton), que son el principio de la cadena alimentaria en los oceános, su presencia en exceso puede generar zonas con niveles bajos de oxígeno que dañan la vida marina.

El PNUD destaca que el aumento de la población mundial y la cantidad de agua residual sin tratar, mucha de la cual contiene residuos de fertilizantes de nitrógeno –empleados en la agricultura a partir de la llamada revolución verde–, provocó que la carga general de nutrientes que llega al mar se haya triplicado desde la época preindustrial.

Los océanos, afirma el PNUD, representan el medio de vida de 3 mil millones de personas que dependen de la biodiversidad marina y costera. Sin embargo, alerta, 30 por ciento de las poblaciones de peces del mundo está sobrexplotado, alcanzando un nivel muy por debajo del necesario para producir un rendimiento sostenible.

Asimismo, apunta, los océanos del planeta absorben alrededor de 30 por ciento del dióxido de carbono generado por las actividades humanas, pero también se ha registrado 26 por ciento de aumento en la acidificación de los mares desde el inicio de la revolución industrial.