En el mundo las mujeres generalmente son las protectoras del agua. Son quienes procuran este líquido esencial para ellas y los que cuidan. Son también quienes enfrentan la carencia de este líquido vital con soluciones creativas.

Millones de mujeres deben caminar horas para llevar agua a sus familias, mientras en unos minutos una sola persona consume la misma cantidad de agua al jalar la palanca del escusado.

La falta de agua es una realidad de muchas personas y las zonas rurales son las más propensas a enfrentar estos desafíos. 783 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua limpia y segura.

En promedio, las mujeres y los niños viajan de 10-15 kilómetros por día recolectando agua y llevando hasta 20 kilos o 15 litros por viaje. En algunas partes de África, las mujeres y los niños pasan 8 horas al día recolectando agua.

Aquí en Guanajuato, las mujeres y los niños pueden caminar menos, pero son típicamente las mujeres quienes administran agua en los hogares y quienes tristemente no sólo enfrentan problemas de acceso al agua, sino que la poca agua que está disponible, está contaminada de Fluoruro y Arsénico (para conocer más de este tema puedes ver el video Consumiendo el Futuro).

Una mujer del área rural usa 4 horas diarias para recoger 2 ½ galones de agua. En esas cuatro horas, una persona en la ciudad, consume un promedio de 12 galones.

En el caso de México, en las áreas urbanas 93.8% tienen acceso mientras que en las zonas rurales, sólo el 67%.

La región de los Altos de Chiapas es la de mayor rezago del país a falta de agua entubada y en general aunque es el estado en el que cae más lluvia de todo México, casi la mitad de las indígenas viven sin agua potable. La mortalidad infantil es el doble de la media nacional, el 36% de los niños menores de 5 años mueren por falta de agua.

El agua sucia y el mal saneamiento son la segunda causa de muerte de niños. Cerca del 50% de la población de los países en desarrollo sufre en cualquier momento de un problema de salud causado por déficit de agua y saneamiento.

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Las mujeres suelen ser responsables de hacer frente a cualquier necesidad médica para la familia. Son las cuidadoras.

El costo es tiempo y energía, pero también en su salud. Cargar este peso por distancias y tiempo, va dañando la salud de estas mujeres…

La investigación médica ha documentado casos de daño permanente a la salud de las mujeres atribuido al transporte de agua. Los problemas van desde la fatiga crónica, las deformidades espinales y pélvicas hasta los efectos sobre la salud reproductiva, como los abortos espontáneos.

En poblaciones donde se tiene que buscar el agua que se consume, la relación con este líquido se hace sagrada, una relación en la que cada gota cuenta, al contrario de las que contamos con el privilegio de poder abrir la llave y tener el agua en nuestras casas…

Piensa desde la mañana, seguramente abriste la llave del agua para lavarte los dientes, te bañaste, le jalaste al baño, ¿Cuántas de estas cosas las hiciste automáticamente? Hagamos una pausa, pensemos en nuestra relación con el agua, porqué hemos decidido no darle el valor que tiene, olvidarnos que el agua no nos pertenece, es sagrada y es de todos los seres vivos que habitan este planeta.

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Lucha Villafuerte, comunidad Las Adjuntas de San José, San Luis de la paz, Gto. Captación Agua de lluvia,2015. Foto Caminos de Agua

Las mujeres alrededor del mundo no son sólo las protectoras y quienes aseguran el tener agua en sus hogares todos los días, son también quienes luchan, son las guerreras que día a día buscan formas creativas de solucionar el acceso a agua segura, sana y sustentable.

Un ejemplo de lo que se puede hacer es recolectar el agua que literalmente nos cae del cielo, la lluvia. Es una de las mejores formas en la que podemos asegurar nuestra disponibilidad de agua de calidad y de ayudar a frenar la explotación de nuestros mantos acuíferos.

Únete con tu actuar diario en la defensa del agua, únete desperdiciando menos agua, dándole el valor que merece el que tengas agua disponible en tu hogar, únete comprando productos locales, de temporada, consumiendo más leguminosas y bajando tu consumo de alimentos de origen animal que para llegar a tu plato, necesitan una inversión de miles de litros de agua… Cuidemos el agua entre todas y todos, repartamos esta tarea que ha caído en las mujeres, informémonos, tomemos conciencia y actuemos en consecuencia.

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desinformémonos.org

*Este artículo está basado en la información compartida por Jenn Ungemach y Casilda Barajas de Caminos de Agua, en su plática “Mujeres y Agua”.