Por Paula Martínez Camino, Alainet, 3 de marzo de 2017

La industria cárnica española obtiene unos 22.000 millones de euros de beneficio, es el cuarto sector productor del país, según la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España. Pero también es uno de los principales contaminantes del mundo.

Se produce y consume carne a un ritmo vertiginoso. Se crían animales y se les ceba para que adquieran el mayor peso posible en poco tiempo para sacrificarles cuanto antes,  llevarlos al mercado y volver a empezar el proceso. Los pollos, por ejemplo, pueden vivir una media de 10 años, pero se matan a los 6 meses, según Statista.

Esta manera de consumir provoca que haya más ganadería de la que puede soportar la Tierra. Para producir un litro de leche, una vaca necesita beber unos 3 litros de agua, en granjas de producción intensiva beben entre 110 y 150 litros al día.

Este recurso natural también se ve afectado por la inmensa cantidad de agua que se destina [para] cultivar los cereales  que  alimentan al ganado. “Producir carne es muy costoso y sería más efectivo alimentar personas con los cereales que se destinan al engorde del ganado”, afirma Laura Ordóñez, naturópata y licenciada en Ciencias Ambientales.

Un enorme porcentaje de las talas en la Amazonía son para producir alimento animal o crear superficies de pastoreo. Se necesitan muchas hectáreas de superficie terrestre para mantener el ganado, es la principal causa de deforestación y de la consecuente pérdida de hábitats y especies animales.

“Cuando se talan los bosques para obtener pastos y forraje, se liberan a la atmósfera grandes cantidades de carbono almacenado en la vegetación y el suelo.” informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).Esto, junto al metano que expulsan las vacas, hace que la industria cárnica libere más gases de efecto invernadero a la atmósfera que todo el sector del transporte junto, según la FAO.

El consumo excesivo de productos animales perjudica tanto a la salud de las personas como a la del planeta.  Podemos alimentarnos de manera completa y equilibrada reduciendo o sustituyendo  el consumo de estos productos por otros de origen vegetal.   “Estamos criando vacas, pollos, cerdos y peces. Los estamos criando una y otra vez sin descanso.

Si no los criamos, no tendríamos que darles de comer. Si no los tenemos que alimentar, no tendríamos que destinar toda esta tierra al cultivo de granos y legumbres para alimentarlos. Así los bosques podrían volver, la vida silvestre podría volver, los océanos volverían, los ríos correrían limpios de nuevo. El aire volvería. Nuestra salud regresaría”, expresa el Dr.WillTuttle, autor de The World Peace Diet

*Paula Martínez Camino, Periodista

Twitter: @PauMarcamcam

https://ccs.org.es/2017/03/03/alimentacion-que-contamina/