Por Ecoticias, 28 de noviembre de 2016

Las prisas y la falta de información son malos aliados a la hora de hacer la compra, ya que impiden que se revise la información nutricional de los alimentos procesados, algo esencial para saber qué es lo que se va a comer.

Además, la aparición continua de nuevos productos con mejores propiedades o alimentos con características modificadas como, por ejemplo, con menos grasas o con calcio añadido, añade más dificultades a la tarea de realizar la compra.

Por ello, la nutricionista de Zagros Sports, Beatriz Corral, ha desvelado cinco trucos para ir al supermercado y comprar los productos más saludables:

  1. Leer toda la información nutricional.

El etiquetado de los alimentos juega muchas veces con la omisión de información.

El ejemplo más claro se encuentra en los productos ‘light’ porque, aunque es cierto que tienen una menor cantidad de grasa, contienen más azúcar que un producto no etiquetado como bajo en calorías.

Así, la etiqueta no miente, pero omite que otros macronutrientes se encuentran mayor proporción.

Por ello es importante leer en su totalidad el cuadro de información nutricional que aparece en el reverso y establecer un criterio acertado sobre qué alimentos son más beneficiosos. 2. Distinguir el grano de la paja.

Ante la exaltación de la publicidad de los componentes de los productos a la venta, debemos conocer hasta dónde llega la verdad que nos venden.

En muchos casos, resaltar los ingredientes o cualidades de los productos va de la mano de una exageración que no se corresponde con la realidad.

  1. Esquivar el marketing que rodea los productos.

Los productos que se venden como más saludables o mejores para el funcionamiento del organismo suelen ir acompañados de imágenes de gente en forma o haciendo ejercicio, una imagen de salud orientada a reforzar la idea de que su compra sólo remite beneficios.

  1. Comparar con la competencia.

Es una práctica muy recurrida remarcar las pocas calorías que tienen los productos. Por debajo de las 100 calorías por cada 100 gramos de producto consideramos que se trata de un alimento poco calórico y, por lo tanto, beneficioso para la salud. Por ello, es importante mantenernos informados y comparar los valores nutricionales de los alimentos de consumo diario.

  1. Conocer los entresijos jurídicos.

La información que aparece en los envases alimentarios está regulada por ley.

Esta será nuestra garantía de que todos los productos han sido etiquetados de la forma correcta y podemos encontrar en ellos la información nutricional adecuada para construir nuestro propio mapa de los alimentos que son realmente saludables y convienen a nuestro organismo.