Por La Jornada, 16 de noviembre de 2016

La sombra del presidente estadunidense electo Donald Trump planeó este martes en la apertura de la conferencia sobre el clima (COP22), en la que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, pidió no bajar la guardia.

Unos 80 líderes mundiales acudieron a la cita en Marrakech para mostrar su apoyo a la lucha contra el cambio climático, ante la posibilidad de que Estados Unidos abandone las negociaciones, lo que haría saltar por los aires el frágil consenso.

Ban Ki-moon quiso tranquilizar de nuevo al mundo poco antes de la apertura de la cita, la primera desde el histórico Acuerdo de París de hace un año, que unió a 196 países: se declaró “optimista” y aseguró que Trump, quien ha dicho que sacará a Estados Unidos de este pacto, “entenderá la urgencia del cambio climático. Estoy seguro de que tomará una decisión buena, adecuada”, añadió Ban ante la prensa.

El secretario general de la ONU alabó el pasado empresarial de Trump, y aseguró que comprenderá que el fenómeno del calentamiento global se ha convertido también en una oportunidad de negocios. “No tenemos derecho a jugar con la suerte de futuras generaciones”, sostuvo Ban.

Estados Unidos es el segundo emisor de gases de efecto invernadero del planeta, después de China. En el gobierno de Barack Obama ha sido también uno de los motores esenciales de las difíciles negociaciones sobre el clima, que desembocaron en el Acuerdo de París, el cual entrará en vigor en 2020. Estados Unidos debe “respetar los compromisos” adoptados, afirmó el presidente francés, François Hollande. “No es solamente su deber, es su interés”, añadió.

En total, 196 países firmaron el Acuerdo de París, 110 de los cuales lo han ratificado. Si Trump decide retirarse del pacto, como prometió en su campaña electoral, el tratado seguirá en vigor, según los especialistas, puesto que la mayoría de países emisores (incluido Estados Unidos) ya lo ratificaron. Pero esta medida dinamitaría sin duda el proceso negociador. Muchos países podrían verse tentados a abandonar la mesa o a retrasar la aplicación de sus compromisos, que por otra parte no son legalmente vinculantes.

“Tenemos un marco claro y vamos a continuar. Este proceso, que parecía impensable hace un tiempo, ahora es imparable”, aseguró junto a Ban la secretaria ejecutiva de la Convención sobre el Cambio Climático de la ONU, Patricia Espinosa.

La lucha contra el calentamiento del planeta, que en 2016 volverá a batir probablemente récords de temperatura, es esencialmente una cuestión de voluntad de los gobiernos.

“Enfrentarse al reto del cambio climático es nuestra responsabilidad común y compartida”, recordó el representante especial chino, Xie Zhenhua, cuyo gobierno ha asegurado que no se bajará del tren ni siquiera si Washington cambia de rumbo.