Por Ecoticias, 26 de septiembre de 2016

Una corte de apelaciones de Estados Unidos dictaminó recientemente, que Chevron no tendrá que pagar a un grupo de indígenas ecuatorianos, los 9.5 mil millones de dólares demandados con el fin de reparar la destrucción del Medio Ambiente del Lago Agrio, en la selva tropical del Amazonas.

Los jueces se basan en que, si bien es cierto que la empresa Texaco que provocó los daños pertenece en estos momentos al gigante del petróleo Chevron, como esta última no tiene activos en Ecuador en la actualidad, no se la considera responsable.

Además, como en la década de los 90 Texaco perdió un litigio con el gobierno de Ecuador y se le obligó a pagar 40 millones de dólares, que se destinaron a limpiar las piscinas de desechos de petróleo en la zona, se entiende que ya no son necesarias más reparaciones económicas.

Una triste realidad

Las personas que viven en Lago Agrio todavía lavan su ropa y se bañan en los ríos que corren negros de aceite.

Las poblaciones que antes vivían de lo que pescaban han tenido que construir estanques artificiales, porque los peces que aún nadan en el río no son seguros para el consumo.

Para saciar la sed solo pueden recurrir a comprar agua embotellada y aun así, hay un aumento en la frecuencia de aparición de varios tipos de cáncer (especialmente de tracto digestivo) y de defectos de nacimiento en la región de Lago Agrio.

Grandes áreas de la selva tropical del Amazonas han sido taladas para construir carreteras por las que trasladar maquinaria y camiones.

La destrucción de la que se ha hecho objeto al lugar es casi irreversible y los indígenas no cuentan con medios económicos que les permitan encontrar soluciones viables.

Sin dinero ni opciones

La triste realidad es que los pozos de petróleo siguen funcionando y contaminado el Medio Ambiente, por lo que donde hay una explotación no se encuentran casi animales y las plantas mueren poco a poco.

En uno de los sitios donde viven más jaguares, donde existen especies endémicas y una biodiversidad enorme, los pobladores, que son muy respetuosos de la naturaleza, se ven sin opciones para reconstruir su hogar, la selva amazónica ecuatoriana.

Lo que ocurrió en Lago Agrio es una muestra de lo que sucede, cuando una nación en desarrollo se ve obligada a elegir entre la protección del medio ambiente y de las comunidades indígenas o estimular su economía.

Es una consecuencia directa de la globalización y de la dependencia de los combustibles fósiles en todo el mundo.