Por Ecoticias, 6 de septiembre de 2016

Legislación turbia o inexistente A priori el mayor problema de esta práctica es que hay muy poca supervisión a nivel gubernamental en general y las “leyes” que rigen al fracking son tan variables como los lugares en donde ésta se practica.

Un ejemplo claro es el de los EEUU. El marco regulatorio depende de cada estado, por lo que mientras Illinois requiere que las compañías de fractura hidráulica revelen la información sobre los productos químicos que van a emplearse, antes de la perforación y exigen monitorear el agua subterránea, en Virginia no se les pide prácticamente nada más que una buena producción y los controles son mínimos.

Varios países de África carecen de leyes que contemplen este tipo de perforación, por lo que las empresas se encuentran con que todo lo que hacen es “lícito” y se aprovechan de estas circunstancias al máximo, con la sola oposición de los activistas locales, que defienden la salud y el Medio Ambiente sin bases legales en las cuales sustentar su lucha.

En todas partes del mundo estas prácticas tendrían que tener un marco regulatorio adecuado a las circunstancias de cada país, que contemplara la posibilidad de exigir a la industria energética que revele los datos necesarios para poder prevenir los efectos secundarios que este tipo de perforación puede tener, tomando en cuenta anteriores experiencias.

Pero hay excepciones a la regla y en Europa varios países se han decantado por no permitir que en sus territorios se practique este tipo de perforaciones, por más que les ofrezcan garantías, seguridades, ingentes cantidades de dinero y la promesa de crear empleos.

Prohibido el fracking Francia

Lo decidió en 2011 y la prohibición fue confirmada en 2012. Cuando se le preguntó sobre este hecho, el ex presidente Sarkozy explicó que Francia va a mantener la prohibición de la fractura hidráulica, hasta que se pruebe este método no daña el Medio Ambiente ni “masacra” el paisaje.

Bulgaria

Bulgaria hizo lo mismo en 2012, convirtiéndose en el segundo país europeo en prohibir esta práctica y paralelamente a esta decisión revocó un permiso que había sido concedida al gigante estadounidense de los combustibles fósiles, Chevron.

Alemania

Alemania promulgó la prohibición de la fractura hidráulica en 2012, la cual fue confirmada en 2014, pero lo hizo de tal forma que aún si se demostrara la viabilidad de este procedimiento y que no resulta dañino en ningún aspecto, no podría implantarse jamás en el país germano, puesto que el veto es permanente.

Escocia

La prohibición fue promulgada a partir de enero de 2015, con el fin de permitir al gobierno escocés realizar las evaluaciones ambientales de dicha práctica.

Sobre la base de lo que ya se sabe acerca de cómo el fracking daña a las personas, animales y al Medio Ambiente, es de esperar que los estudios escoceses concluyan en una prohibición permanente.

¿Qué pasa en España?

En principio había muchos interesados en perforar los suelos españoles, en general empresas multinacionales de los EEUU que desde 2012 han dado el “salto” y cruzado el Atlántico, con intenciones de imponer esta práctica en toda Europa.

El problema es que las prohibiciones decididas por los citados países europeos han despertado la suspicacia de los gobiernos autónomos, que aparentemente se han preguntado si no les alcanzan los problemas de salud y medioambientales con los que ya están lidiando, como para complicarse más la vida y encima con riesgos de sismos y terremotos.

Esta actitud ha logrado que muchas empresas se “arrepientan” de los pasos dados.

Un ejemplo claro lo encontramos en la actitud de “San León Energy”, que, tras conseguir 6 permisos para perforar en Navarra, Cataluña, País Vasco y Aragón, ha solicitado que éstos sean anulados.

Además de San León Energy, hay otras organizaciones que han mostrado su escepticismo acerca del desarrollo de la perforación hidráulica en España.

La BKN Petroleum primero renunció a un gran proyecto que tenía en Polonia y su CEO Wolf Regener explicó que están “estudiando la viabilidad de sus operaciones en España”.

La empresa consiguió hace 5 años hacerse con dos concesiones situadas en las provincias de Álava y Burgos, pero hasta el momento los estudios de impacto ambiental no han obtenido la aprobación de los gobiernos autonómicos involucrados y gran parte de la población se ha manifestado en contra.

¿Nadie quiere el fracking?

En la Com. de Industria del Congreso español se aprobó recientemente una iniciativa, que fue impulsada por ERC tras un pacto previo con el PSOE, Democracia y Libertad, Podemos y el PNV con el fin de exigirle al Ejecutivo la prohibición del fracking en todo el país y la suspensión inmediata de los permisos que se hayan concedido durante el actual período de legislatura.

Las autoridades de Greenpeace, ferviente opositor de este tipo de prácticas, que entiende son altamente perjudiciales para las personas, la biodiversidad y el Medio Ambiente, ha declarado que aparentemente los únicos que apuestan en firme por imponer el fracking en nuestro país, son el actual presidente en funciones Mariano Rajoy, sus asesores y sus compañeros de partido.