Las legumbres: ¿el alimento del futuro?

“La búsqueda de una opción ecológica que solucione la alimentación del mundo, que produzca suficiente comida sin necesidad de utilizar más tierra, sin que se agrave el cambio climático o implique una presión adicional a la problemática del agua y las reservas de energía, es un verdadero un reto. ¿Podrían las legumbres ser una alternativa viable?”

Por Ecoticias, 31 de agosto de 2016

Más gente, más hambre Todos sabemos que siguiendo las tendencias actuales la predicción es que habrá 9,7 millones de bocas que alimentar en 2050.

La producción de alimentos suficientes para toda esa cantidad de gente es sin dudas un problema, que por más que falten muchos años para ello, es mejor “prevenir que curar”.

En el pasado todo giraba en torno a la cantidad de producción sin que la demanda de los consumidores fuera prioritaria. Sin embargo, como las naciones en desarrollo aspiran a tener una dieta cada vez más occidentalizada, la demanda de carne y de productos animales está aumentando rápidamente.

Esta es una mala noticia para el planeta. La carne es un artículo de lujo y tiene un enorme costo ambiental, ya que la producción de proteínas es altamente ineficiente: se desperdicia mucho más de lo que realmente llega al plato de los consumidores.

El problema de la carne

En consecuencia, la ganadería requiere enormes cantidades de agua, tierras para el pastoreo y la producción de piensos y es responsable de aproximadamente el 27% de la huella hídrica del ser humano.

Gran parte de las tierras dedicadas a la ganadería degradan de forma alarmante a causa del sobrepastoreo y la erosión. Esto implica que para cumplir con la exigente demanda de consumo se necesiten nuevas áreas de pastoreo y el precio lo pagan los bosques que acaban siendo talados o los montes que arden y luego se “reconvierten” en áreas ganaderas.

La producción ganadera es también uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que cada vaca puede expeler entre 200 y 300 kilos de metano producto de la digestión, cada día. Sin embargo, millones de personas en los países en desarrollo todavía sufren de malnutrición proteica.

La carga, por lo tanto, debería recaer sobre las personas de las naciones más ricas, que están en condiciones de reducir su consumo de carne y abrazar otras fuentes de proteína.

Las legumbres: sanas y ecológicas Los guisantes, lentejas y garbanzos suelen ser más baratos que la carne, pero lo más importante es que son una rica fuente de proteínas y de micronutrientes esenciales, como hierro, zinc, magnesio y ácido fólico.

Tienen un bajo IG (índice glucémico), por lo que liberan su energía lentamente. Al ser libres de gluten, también son ideales para aquellas personas que sufren de enfermedad celíaca.

Las legumbres tienen muy bajos niveles de colesterol, grasas y sodio, los cuales contribuyen a la aparición o el agravamiento de las enfermedades cardiacas. De hecho, el consumo de estos productos se suele aconsejar con el fin de proteger activamente contra estos males.

El alto contenido de fibras de las legumbres es vital para mantener una buena salud del sistema digestivo, especialmente de la función intestinal. Además, su consumo produce un efecto “saciante” y constituyen una fuente de energía muy eficaz.

Medioambientalmente eficaces Del mismo modo que son buenos para nosotros, los frijoles, las lentejas, los guisantes o las judías, también lo son para el medio ambiente porque son capaces de procesar el nitrógeno atmosférico y producir nitratos útiles, que mejoran la fertilidad del suelo y reducen la dependencia de los fertilizantes.

Las legumbres también son altamente eficientes en el uso del agua, ya que por la conformación de sus plantas suelen ser resistentes y no necesitan tanto riego como otros alimentos como el trigo o el arroz, por lo que su huella hídrica es muy baja.

A sabiendas de todas estas virtudes, la FAO declaró que el 2016 sería el Año Internacional de las Legumbres, con el fin de incentivar su consumo, en vistas no solo a la superpoblación futura, sino a la salud de los que hoy habitamos este punto azul del universo. ¿Por qué no consumimos legumbres?

En parte por costumbre, ya que a muchas personas les resulta “pesado” tener que remojarlas por una noche, se quejan de su sabor o de la posible producción de flatulencias. Pero esto no debería ser óbice para comer más legumbres.

Hoy en día existen muchas variedades de legumbres con certificaciones ecológicas y de origen orgánico, en distintos formatos, desde las que no necesitan remojos hasta pastas, galletas, harinas, batidos y un largo etc. que nos brindan la posibilidad de disfrutar de este alimento de forma saludable y respetuosa, con el Medio Ambiente y con nuestra salud.

Todos deberíamos valorar cuanta cantidad de carne necesitamos en realidad, basándonos en el tipo de vida que llevamos, en nuestro estado físico y en el consejo del médico. No hay ninguna duda que una dieta balanceada en la que predominen los productos vegetales, resulta una estrategia ganadora para nuestros bolsillos, nuestra salud para el Medio Ambiente.