Por Ronnie Cummins, Organic Consumers Association, 28 de mayo de 2017 , Traducción de Ercilia Sahores

Cuando un periodista le preguntó (a Mahatma Gandhi) lo que pensaba sobre la civilización occidental, dio su famosa respuesta: “Creo que sería una buena idea”

Un número creciente de activistas por el clima, el medio ambiente, la justicia social, lo orgánico y la paz están promoviendo un nuevo paradigma que puede salvarnos de una catástrofe global. El nombre de este nuevo paradigma y movimiento es agricultura regenerativa, o más precisamente, alimentos, agricultura y uso de suelo regenerativos.

La agricultura regenerativa y el uso de suelo abarcan las mejores y tradicionales prácticas indígenas de agricultura orgánica, conservación del medio ambiente y crianza de animales. La regeneración se enfoca en mejorar la salud del suelo y la fertilidad (devolviendo carbono al suelo), el aumento de la biodiversidad y la mejora cualitativa de la salud de los bosques, el bienestar de los animales, la nutrición de los alimentos y la prosperidad del campo y especialmente de los pequeños productores.

El menú básico de la Revolución Regenerativa consiste en unir a los 3 mil millones de campesinos, agricultores y pastores con los miles de millones de consumidores conscientes sobre el impacto en el medio ambiente y comprometidos con el comercio justo para que los negocios no se sigan hacienda a la usanza antigua y para embarcarnos en una campaña global de cooperación, solidaridad y regeneración.

Según la activista por la alimentación Vandana Shiva, “La agricultura regenerativa provee las respuestas a la crisis del suelola alimentación, la salud,el clima y la crisis de la democracia.”

Entonces, ¿de qué manera puede la agricultura regenerativa hacer todas estas cosas: aumentar la fertilidad del suelo; maximizar el rendimiento de los cultivos, capturar el exceso de carbono de la atmósfera y regresarlo al suelo, las plantas y los árboles para devolver estabilidad al clima y restaurar las precipitaciones, aumentar la retención de agua en el suelo, generar alimentos más nutritivos, reducir la pobreza rural y empezar a pacificar aquellos lugares del mundo saturados de violencia?

En primer lugar, veamos lo que Michael Pollan, el escritor estadounidense más influyente en temas de alimentos y agricultura, tiene para decir sobre el milagroso poder regenerativo de la madre naturazleza y la fotosíntesis:

Consideren lo que ocurre cuando el sol brilla sobre una planta con firmes raíces en la tierra. Usando la luz del sol como catalizador, la planta toma CO2 de la atmósfera, lo divide, libera el oxígeno y sintetiza carbono líquido (básicamente, azúcar) Algunos de estos azúcares alimentan y construyen las partes aéreas de las plantas que podemos ver, pero un gran porcentaje de este carbono líquido – entre el 20 y el 40 por ciento- viaja debajo de la tierra, derramándose fuera de las raíces y hacia el suelo. Las raíces alimentan con estos azúcares a los microbios del suelo (las bacterias y hongos que habitan en la rizósfera) y a cambio de ello estos microbios brindan varios servicios a las plantas. De esa manera lo que antes era un problema, el carbono atmosférico, se convierte en carbono en el suelo, lo cual es una solución para varios problemas, no solo uno.

Además de tomar mucho carbono del suelo (toneladas por hectárea cuando los pastizales o las tierras de cultivo se manejan apropiadamente), el proceso a su vez suma fertilidad al suelo y aumenta su capacidad de absorber agua. Esto significa más y mejores alimentos.

Este proceso de devolver carbono atmosférico al suelo funciona aún mejor cuando se añaden rumiantes. Cada vez que un ternero o un cordero come una brizna de pasto, esa planta, tratando de balancearse, lanza nuevas raíces. Estas son luego comidas por lombrices, microbios y nematodos que a su vez serán digeridos por el suelo y sumados a este banco de carbono. Así es como se genera el suelo: de arriba hacia abajo. Durante cientos de años hemos cultivado quitándole carbono al suelo y en los últimos cien años lo hemos usado en los combustibles fósiles. Pero ahora sabemos cómo cultivar más y a la vez regresar carbono, fertilidad y agua al suelo.

Un artículo de 2015 publicado por el periódico  The Guardian  sintetiza algunas de las prácticas más importantes de la agricultura regenerativa:

“La agricultura regenerativa abarca una serie de técnicas que reconstruyen el suelo y en este proceso, capturan carbono. Tradicionalmente, usa cultivos de cobertura y perennes para que el suelo desnudo nunca quede expuesto, y replica la manera en que los animales pastorean naturalmente. También, ofrece beneficios ecológicos que van mucho más allá del almacenaje de carbono: frena la erosión de los suelos, los remineraliza, protege la pureza del agua subterránea y reduce el escurrimiento de pesticidas y fertilizantes.”

Si quiere comprender la ciencia y la biología que explica la manera en que la agricultura regenerativa puede capturar el exceso de carbono de la atmósfera durante los próximos 25 años y regresarlo al suelo y bosques (combinado con una reducción total de las emisiones de combustibles fósiles) de manera de no solamente mitigar, sino revertir el cambio climático, lea este artículo de Jack Kittridge, uno de los agricultores orgánicos más reconocidos de Estados Unidos.

Si quiere tener un panorama general de artículos y noticias sobre agricultura orgánica, alimentación regenerativa y usos de suelo, puede seguir las noticias de la Asociación de Consumidores Orgánicos y buscarnos en Twitter como ConsumidoresOrg y Facebook como Asociación de Consumidores Orgánicos.

También, puede visitar el sitio de internet de Regeneración Internacional, donde encontrará un listado de libros y artículos sobre agricultura regenerativa. 

Resolver la crisis alimentaria, ambiental, de suelo y climática

Sin entrar en demasiado detalle aquí (pueden leer las referencias más arriba) necesitamos unir los puntos que vinculan al suelo, la salud pública y las crisis climáticas y ambientales. Como lo explica la reconocida publicación de Mercola:

Casi todos los problemas ambientales y de salud tienen su origen en el sistema actual de producción de alimentos. Esto incluye:

  • La inseguridad alimentaria y la desnutrición en un contexto creciente de desperdicio de comida
    • El aumento de la obesidad y las enfermedades crónicas a pesar del creciente gasto en cobertura médica
    • La disminución de las fuentes de agua fresca
    • Agroquímicos contaminando el aire, suelo y acuíferos, amenazando de esta manera la cadena alimenticia completa de arriba hacia abajo
    • Cambios de patrones regulares de precipitación y climáticos

Uniendo los puntos entre alimentación y clima

No podemos realmente resolver la crisis climática (y la crisis relacionada de suelo, medio ambiente y salud pública) sin simultáneamente resolver el problema de alimentación y agricultura. Tenemos que dejar de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera (cambiando hacia energías 100 por ciento renovables), pero también debemos alejarnos del uso de agroquímicos, la agricultura industrial y que consume mucha energía, lo antes posible.

La agricultura y los alimentos regenerativos tienen el potencial de capturar una masa crítica de carbono (200 a 250 mil millones de toneladas) de la atmósfera durante los próximos 25 años y almacenarlo en el suelo y las plantas, donde aumentará la fertilidad del suelo, la producción de alimentos y la calidad de los mismos (en términos de densidad nutricional) al mismo tiempo que devolverá estabilidad al clima.

El uso intensivo de pesticidas, OGMs, fertilizantes químicos y la agricultura industrial por parte de 50 millones de agricultores industriales (principalmente del Norte global) no solamente está envenenando nuestra salud y generando una epidemia global de enfermedades crónicas y desnutrición. También, está destruyendo la capacidad natural de nuestro suelo, nuestros humedales y bosques, de capturar el exceso de carbono de la atmósfera y devolverlo al suelo.

Las buenas noticias son que la energía solar y eólica y la conservación de la energía son ahora más baratas que los combustibles fósiles. Las personas comienzan a entender, cada vez más, que los alimentos orgánicos, de pastoreo libre y frescos son más seguros y nutritivos que los alimentos químicos y cargados de OGMs.

El movimiento alimenticio y climático debe dejar de pensar en compartimentos estancos y debe empezar a trabajar en conjunto. O paramos el extractivismo petrolero, de carbón, el fracking y los grandes oleoductos, o el cambio climático pronto se transformará en una catástrofe climática, haciendo imposible que podamos generar suficiente comida como para alimentar al mundo. Todo activista por los alimentos debe también ser un activista por el clima.

De la misma manera, todo activista por el clima debe convertirse en activista por los alimentos. Nuestro actual sistema de agricultura, uso de suelo y de alimentación industrial, que ahora degenera el 75% de las tierras de pastoreo globales, está “minando” y quitando carbono al suelo, destruyendo nuestros bosques y emitiendo entre 44 y 57 % de todos los gases de efecto invernadero (dióxido de carbon, metano,oxido nitroso y hollín) en nuestra atmósfera de por sí saturada y degradando nuestra salud con alimentos hiper procesados.

Resolver la crisis de pobreza rural, la democracia y las constantes guerras

 Los gobiernos, sin contacto con la realidad, toman el dinero de nuestros impostos y gastan unos 500 mil millones de dólares al año subsidiando la agricultura industrial para hacer las cosas mal. Este tipo de agricultura se basa en monocultivos, contamina el suelo y el ambiente con agroquímicos y OGMs que utiliza para abaratar su producción (de maíz, soya, arroz,algodón,trigo) así como los cultivos comerciales,los alimentos baratos y la carne de producción intensiva. En tanto, 700 millones de pequeños agricultores, pastores y dueños de chacras familiares, los 3 mil millones de personas que producen el 70% de los alimentos del mundo con solo el 25% del territorio, no pueden llegar a fin de mes.

Si los gobiernos pueden ser convencidos o forzados por el poder de los movimientos de base globales para reducir y eventualmente cortar los 500 mil millones de dólares en subsidio que se da a la agricultura industrial y a las grandes corporaciones y recompensaran e incentivaran a aquellos campesinos que protegen la salud del suelo, la biodiversidad, la salud de los animales y la calidad de los alimentos, a la vez reduciendo la pobreza global mejorando la salud pública y restaurando la estabilidad climática.

Hasta el Pentágono admite hoy en día que el cambio climático, la degradación de los suelos (erosión y desertificación) y la pobreza rural son los factores que impulsan más los conflictos y las luchas armadas así como las oleadas de refugiados en lugares como Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Libia y Somalía. Las intervenciones militares de Estados Unidos en estas regiones, bajo el disfraz de “cambio de regimen” o democratización, solo ha empeorado las cosas. Es por esto que todo activista por la paz necesita convertirse en activista por el clima y los alimentos, y viceversa. s

De la misma manera, los gobiernos corruptos continúan subsidiando los combustibles fósiles por un monto anual de 5,3 billones de dólares, gastando 3 billones anualmente en armas, destinadas fundamentalmente a perpetuar nuestro imperio y sistema de carbonos fósiles en el planeta. Si los movimientos de base internacionales pudieran unirse y superar estos gobiernos corruptos, destruyendo barreras geográficas, linguísticas y culturales que nos separan, podemos lanzar una Revolución Regenerativa global, en la misma escala que la campaña global contra los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Una de las coas que los movimientos de base en las 200 naciones existentes en el mundo compartimos es la siguiente: estamos cansados de gobiernos corruptos y corporaciones descontroladas que degeneran nuestras vidas y amenazan nuestro futuro. El pueblo ruso, chino o iraní no es nuestro enemigo. Ya se hace tarde. La crisis es grave. Pero aun estamos a tiempo para regenerar nuestros suelos, clima, salud, economía, política exterior y democracia. Aun estamos a tiempo para cambiar las cosas.

El movimiento Regenerativo global que necesitamos seguramente tardará varias décadas para lograr una masa crítica que sea efectiva. Al divulgar el mensaje de Regeneración y construir este movimiento de base, debemos considerar el hecho de que la mayoría de las regiones, naciones y personas (y de hecho muchas personas que ignoran los hecho o niegan el cambio climático) responderán más rápido o positivamente a distintos aspectos o dimensiones de nuestro mensaje (por ej.: la creación de fuentes de trabajo, la reducción de la pobreza urbana y rural, la restauración de la fertilidad del suelo, salvar la vida marina, la preservación de los bosques, eliminar la desnutrición y las hambrunas, salvar la biodiversidad, restaurar la calidad de los alimentos y la salud de los animales, preservar el agua, salvaguardar la madre naturaleza o la creación de Dios, crear una base para la paz, la democracia y la reconciliación, etc.) más que al mensaje central de vida o muerte: revertir el calentamiento global.

Lo que importa no es que todo el mundo, en todas partes, esté en un 100% de acuerdo con todas las especificidades del movimiento regenerativo de agricultura, alimento y uso de suelo, sino que construyamos en base a nuestras preocupaciones comunes en cada comunidad, region, nación y continente. A través de una variedad de mensajes, enfoques y campañas, conectando los puntos entre todas estas cuestiones acuciantes , encontraremos la fuerza, los números, el coraje y la compasión para crear la mayor coalición de base de la historia. Para salvaguardar nuestro hogar común, nuestra supervivencia y la supervivencia de las futuras generaciones.

Ronnie Cummins es el director internacional de la Asociación de Consumidores Orgánicos y miembro fundador de Regeneración Internacional.