Por Alfredo Carías, Contrapunto, 30 de marzo de 2017

La alegría no se pudo contener entre los asistentes dentro y fuera del palacio legislativo salvadoreño cuando hicieron oficial el anuncio de la aprobación de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica en El Salvador. La aprobación de la moción convirtió a El Salvador en el primer país de América Latina en contar con una legislatura para denegar la explotación minera en sus tierras.

Al unísono, representantes de comunidades y organizaciones sociales gritaron ‘¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡No a la minería! ¡Sí a la vida!’

Tuvieron que pasar 12 años de lucha contra la minería metálica en el país, tiempo en el cual cinco activistas ambientales murieron en circunstancias todavía oscuras. Marcelo Rivera, Dora Alicia Sorto y su bebe de 6 meses de gestación, Ramiro Rivera y Francisco Durán; a ellos se dedicó la ‘victoria’ de la aprobación de ley.

Sus memorias fueron honradas y sus legados prevalecerán en los corazones de quienes siguen la causa por defender la vida, destacó con la voz quebrantada y lágrimas en sus ojos la ambientalista Vidalina Morales, habitante del pueblo de Cabañas, lugar emblemático de la lucha salvadoreña anti minera.

“Ellos están más vivos que nunca. Tristemente hay que derramar sangre para llegar a estos momentos; no debería ser así. Pero ellos y ella viven, continúan con nosotros, son nuestros mártires ambientalistas que no se lo merecían, pero estaban conscientes y seguros de que había que defender el agua de una transnacional. Yo creo que aquí están presentes y desde el cielo nos están viendo y celebrando junto a su pueblo, junto a El Salvador, junto al mundo entero. Los ojos del mundo están puestos sobre el triunfo del pueblo salvadoreño”, aseguró Morales.

“Esta hazaña es un ejemplo para los países del mundo que luchan contra los proyectos mineros y es un llamado de exhortación para los movimientos sociales a no claudicar en esta lucha, porque sí se puede ganar contra las empresas transnacionales” señaló el presidente de la Asociación para el Desarrollo de El Salvador (CRIPDES), Bernardo Belloso.

Según Belloso, se trata de “una victoria que hemos ganado contra estas empresas que son violadoras de los derechos humanos y destructoras de los bienes naturales […]. Que nuestra lucha sea un espejo para el resto de movimientos sociales a nivel centroamericano y mundial, y demostrar que organizadamente se pueden hacer cambios” concluyo.

Pero la lucha contra la minería metálica no termina con la aprobación de esta ley. Los activistas anunciaron que falta expulsar a la empresa minera Oceana Gold que continúa con sus intenciones de invertir en proyectos extractivistas en el país y que aún no paga al Estado salvadoreño los $8 millones de dólares más intereses que le ordeno hacer el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) después de perder el litigio el pasado 14 de octubre del año 2016.