Por Maritza Mena, El Sol de Puebla, 11 de febrero de 2017

Las personas físicas y morales que estén interesadas en obtener permisos de “liberación experimental” de Organismos Genéticamente Modificados (OMG) deben presentar estudios de evaluación de los posibles riesgos al ambiente, a la diversidad biológica o a la sanidad animal, según determinó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

A través del proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-000-SAGARPA/SEMARNAT- 2015, aplicable en todo el territorio nacional, se pretenden establecer las características y requisitos que deberán contener los estudios de evaluación para la siembra de transgénicos, las cuales se dividen en cinco etapas.

Sin embargo, el titular de Agrupación Colectiva, René Sánchez Galindo, consideró que dicha norma no establece el riesgo real que puede haber en el país con la siembra de transgénicos, por esta razón existe un juicio colectivo que busca que la Suprema Corte de Justicia de Nación (SCJN) analice las leyes, reglamentos y normas aplicables a las compañías que buscan sembrar organismos genéticamente modificados en México.

Explicó que a pesar de que en Puebla no hay cultivos de esa naturaleza, se ha detectado la presencia ilegal que habría llegado al territorio porque el ganado come dicho producto importado. Por el momento, dijo, la siembra de transgénicos está suspendido en territorio nacional y existen algunos pero muy controlados como el trigo.

El proyecto de Norma Oficial Mexicana fue publicado el mes pasado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y establece que tanto la Sagarpa como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) son competentes para otorgar los permisos de liberación de transgénicos al ambiente.

Las etapas establecidas en el proyecto de NOM son la identificación de los posibles riesgos como primera etapa, la evaluación de la ocurrencia de esos riesgos como la segunda, la tercera son las consecuencias de los posibles riesgos, la cuarta es la estimación de esos daños y la quinta recomendación de riesgos.

Sin embargo,  para Sánchez el proyecto de norma es laxo y no protege al país de una eventual siembra de transgénicos. Ejemplificó que a pesar de que en México hay variedades endémicas de algodón, en el sur del territorio existen plantas silvestres que están contaminadas. El problema de los organismos genéticamente modificados, dijo, es que ponen en peligro la diversidad genética.