Por Mercedes López Martínez Vía Orgánica / Regeneration International, 5 de diciembre de 2016

El tapete de semillas conduce a una ofrenda con maíces multicolores, semillas, frijoles, jitomates, papas, calabazas, café, gramíneas, artesanías, flores de hojas de maíces, aperos de labranza, frutas y vegetales, que forman un mosaico de la diversidad indígena y campesina de América, el cual estará en exhibición desde 29 de noviembre hasta mediados del 2017 en el céntrico museo.

Como marco de la ofrenda, en los muros del recinto se exhiben carteles espectaculares donde, aparte de informar sobre los ocho centros de origen y domesticación de alimentos y semillas del mundo, se presentan sus principales aportaciones como el café de Arabia, el arroz de Asia, el camote de Sudamérica, el maíz y la papa de América, las aceitunas del mediterráneo…

Cabe destacar que los centros de origen permiten garantizar la seguridad alimentaria de los pueblos, recuperando sus conocimientos ancestrales sobre la agricultura, el uso del agua, la siembra racional y holística de alimentos endémicos de cada región.

La exposición, previa a la COP 13 del Convenio de Diversidad Biológica a realizarse en Cancún del 4 al 17 de diciembre, fue convocada en el marco de la Feria de la Biodiversidad Cultural ante la oposición de un grupo proveniente del campo, la ciudad, la academia, ante la tendencia global de mercantilización y privatización de los recursos biológicos, que son bienes comunes de la humanidad de los cuales depende el futuro de todas las personas.

Fueron tres días plenos de arte, cultura, voces indígenas, maíces y semillas coloridos, trajes tradicionales, intercambio de semillas, indignación y defensa del medio ambiente, pero sobre todo, de orgullo de las tradiciones y cultura, de la gastronomía, las plantas medicinales y sobre todo, de las variedades y platillos típicos de cada país, provenientes de cada región.

Durante este encuentro convocado por la Caravana de la Biodiversidad Cultural, se realizó un diálogo indígena y campesino entre mujeres y hombres provenientes de Puebla, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Chiapas, Michoacán, Tlaxcala, Estado de México, Oaxaca y la Ciudad de México; al cual se sumaron asociaciones de otros países de América como la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (ASOCUCH) de Guatemala ; la Asociación para la Naturaleza y el Desarrollo Sostenible (ANDES) de Perú; la Confederación de las Nacionalidades Kichua del Ecuador (ECUARUNARI) , el Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI) de Las Américas e Intertribal Agriculture Council (IAC), de Montana, Estados Unidos.

Este diálogo fue convocado en reconocimiento de que las comunidades indígenas y campesinas son legítimas poseedoras de la biodiversidad y que son ellas quienes han creado y resguardado en sus territorios, durante siglos, la riqueza biológica y cultural del mundo, biodiversidad indisolublemente ligada a las culturas de los pueblos y a un sistema de conocimiento y una cosmovisión.

Durante el diálogo indígena y campesino el grupo caracterizó a la Biodiversidad como: Palabra que sirve para recordarnos que somos de millones de colores, formas, olores, sabores y saberes diferentes”, conceptualizando al patrimonio biocultural de los pueblos y de la humanidad, desde cuatro ámbitos: la vida, la comunidad, la soberanía alimentaria y la integralidad.

Luego de un intenso trabajo, las personas y los grupos identificaron problemáticas internas y externas que afectan las dimensiones de su vida, sus recursos naturales, tradiciones culturales y su economía, así como los efectos adversos del cambio climático por las malas prácticas de manejo agrícola, ganado y mal uso de los recursos naturales impulsados por la revolución verde.

Otro elemento común identificado por los grupos fueron los intentos de despojo de territorios, agua, subsuelo, bosques, semillas y alimentos por parte de empresas transnacionales en complicidad con gobiernos omisos que buscan desaparecer el tejido comunitario, criminalizar a los movimientos sociales y sus liderazgos, además de que favorecen al narcotráfico. Todo esto avalado por reformas constitucionales que buscan favorecer a las empresas en proyectos de muerte contra la vida y la naturaleza, tal y como se pretende avalar en la COP 13.

Un aporte fundamental del diálogo fue no sólo la queja o denuncia, sino el planteamiento de alternativas de organización y defensa comunitarias a nivel local, nacional e internacional, basadas en cinco ejes: desde la identidad, organización, en la esfera política, a nivel de manejo de recursos naturales y a través de campañas de difusión e información,

Este pronunciamiento y compromiso, emanado desde las voces, visión y propuesta de comunidades indígenas y campesinas de las Américas, será llevado al evento oficial de la COP 13 en Cancún, Quintana Roo, como un llamado de conciencia y posicionamiento de los pueblos indígenas y campesinos del mundo que se oponen a la comercialización de bienes comunes, a la pérdida del lenguaje, al despojo de la biodiversidad, los intentos de división, la criminalización, así como la pérdida de biodiversidad y riqueza que durante siglos han mantenido esas comunidades.

La Caravana de la Biodiversidad, reunió a organizaciones como la Tosepan Titataniske, el Colectivo Isitame, la Unión Campesina Totikes, el Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero, la Unión Campesina Totikes, el Foro Tianguis Alternativo, la UNICAM Del Sur, el Colectivo de Productores de Flor de Tila, la BIBAANI A.C Ixtepec, el Puente a la Salud Comunitaria, la Red De Amaranto Mixteco, Itatoni, Unitona, la Asociación de Consumidores Orgánicos, la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País, el Carnaval del Maíz, Enlace Comunicación y Capacitación, la Fundación Heinrich Böll México, la Fundación Semillas de Vida, el Grupo de Estudios Ambientales (GEA), Regeneración Internacional, Vía Orgánica, Rasa de Jalisco, la Organización Atzin (defensa del agua), la Red Tsiri, GIRA A.C. , Tatewari Intervención Wixarika., la Red de Etnoecología y del Patrimonio Biocultural de México, la Universidad Autónoma de Chapingo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Nacional Autónoma de México.