Por Ecoticias 23 de noviembre de 2016

El aceite de argán se produce a partir de los granos de la fruta del árbol homónimo (Argania Spinosa) endémico del norte de África, que hoy solo se encuentra en algunas zonas de Marruecos.

Es fundamental asegurarse al compararlo que no es un producto industrial, sino que está elaborado artesanalmente y es ecológico y natural. Innumerables y provechosos compuestos

Rico en fitoquímicos, antioxidantes y ácidos grasos esenciales, el aceite de argán es parte de la tradición alimenticia de estos pueblos, ampliamente valorado por las culturas locales y desde hace un tiempo han reconocidos en todo el mundo.

Aunque la composición benéfica de ácidos grasos del aceite de argán tiene cierta semejanza con la del aceite de oliva, el primero es en realidad más estable y casi tres veces más rico en vitamina E.

Posee aproximadamente un 80% de grasa insaturada, de las cuales un 33% son ácidos grasos linoleicos esenciales y un 47% es ácido oleico.

El alto contenido de tocoferoles y el tipo de ácidos grasos omega-3 encontrados en el aceite de argán son similares a los que poseen los frutos secos o el pescado y estos compuestos tiene la capacidad de ayudar a reducir las tasas de inflamación y de neutralizar los radicales libres dentro del cuerpo.

Como una grasa sana y tradicional, el aceite de argán se ha comprobado que es excelente para prevenir la oxidación y, por tanto, el envejecimiento lento, al mismo tiempo, estimula la digestión y aumenta la capacidad cognitiva y la actividad cerebral. Además, contiene moléculas de esterol y fitoquímicos que no pueden encontrarse en otros aceites derivados de plantas. Elaboración tradicional del aceite de argán marroquí

Al igual que con cualquier alimento, el procesamiento es clave ya que el método afecta en gran medida a la calidad del producto final, así como a los beneficios del aceite de argán para la salud.

Además, el procesamiento del aceite de argán influye en la viabilidad económica y la supervivencia de los pueblos locales que la cosechan y en la sostenibilidad de los bosques de Argán.

Si se busca disfrutar de los beneficios del aceite de argán a través de su consumo como alimento, es particularmente importante que haya sido fabricado de la manera tradicional, que al ser manual logra que se conserven sus componentes intactos y no tiene la rancidez de los agresivos procesos industriales.

Los frutos de argán son cosechados de los árboles uno a uno y luego se los pone a secar en los techos de las casas de barro.

Para desprender la ligera capa protectora de la semilla se ayudan de dos piedras.

También hay quienes recogen las semillas de los excrementos de las cabras que, al ser unos árboles no muy altos se suben a éstos para alimentarse de sus ricos frutos y tras el proceso digestivo queda el grano limpio.

Estos granos se someten a un tostado ligero, un paso clave para dar al aceite su rico sabor característico.

Las semillas ligeramente calentadas son molidas y amasadas lentamente en molinos de piedra tradicionales para producir una pasta cremosa.

Después de unos 30 minutos de mezcla continua y con la cuidadosa adición de pequeñas cantidades de agua hervida, el precioso aceite se disocia lentamente del resto de la pasta. Este líquido dorado brillante es aceite de argán en su forma verdadera, que luego se filtra y envasa.

El aceite de argán en la cocina En la cocina nativa de Marruecos, el aceite de argán se utiliza para condimentar los platos, actuando como aderezo para ensaladas y añadiendo sabor a tagines, cuscús, verduras asadas y postres.

En particular, es un acompañamiento muy agradable para la mayoría de los platos crudos o ligeramente asados en una parrilla.

Grandes chefs en Europa también se han hecho eco de este secreto, utilizando las cualidades del aceite de argán, tales como suavidad y un sabor muy particular, para agregar profundidad y calidez a sus exquisitos platos.

Beneficios del aceite de argán para la salud La investigación moderna sugiere que los beneficios del aceite de argán para la salud cuando se consumen como un alimento entero y procesado de la manera tradicional son muchos, entre ellos destacamos los siguientes: Posee una potente acción antioxidante.

Estimula el sistema nervioso y aumenta la capacidad cerebral y por ende cognitiva. Reduce el dolor articular y reumático.

Es un antiinflamatorio suave y natural Estabiliza la tensión arterial, calmando las tendencias hipertensivas. Facilita la digestión aumentando la producción de pepsina a nivel estomacal.

Estabiliza los niveles de azúcar en la sangre (ideal para diabéticos).