El tejocote es nativo de México y algunas zonas de Guatemala. Aunque es pequeño y de aspecto sencillo, el tejocote es importante por su aporte nutrimental y medicinal. Desde el altar de muertos hasta las posadas y demás celebraciones navideñas, el tejocote nos acompaña con su sabor, poder preventivo y curativo de enfermedades.

El conocimiento de esta aromática fruta, agridulce, de color anaranjado o amarillo, proviene de tiempos prehispánicos. De hecho, su nombre se deriva de la palabra náhuatl texócotl, que significa piedra agria o fruta como piedra.

Los mejores frutos son obtenidos en la temporada que va de octubre a enero. La mayor producción está localizada en las regiones Altiplano Central (Puebla, mayor productor, en menor escala, Jalisco, Zacatecas y Estado de México) y Altiplano Sur (Oaxaca).

Desde tiempos prehispánicos el tejocote ya era usado con fines nutricionales, medicinales y de ornato, aunque su cultivo era escaso y se prefería recolectarlo en bosques fríos localizados en las laderas de los montes, donde comúnmente crece junto a pinos y encinos.

El árbol que produce al tejocote se conoce con nombres como manzanillo y karhashi (en lengua purépecha, originaria de Michoacán), aunque en casi toda su área de distribución se le designa con el mismo nombre que al fruto o como “tejocotero”.

No requiere cuidados o nutrientes especiales, aparte de los que encuentra en su entorno natural, incluso puede crecer en lugares adversos.

Además de sabor al ponche, el tejocote nos aporta minerales y vitaminas, es una excelente fuente de Vitamina C, por lo que es un aliado en los tiempos fríos de invierno.

Por si fuera poco, el consumo del fruto cocido, acompañado con miel de abeja, es útil en caso de tos, resfriados, gripe e infecciones en estructuras de los pulmones como bronquitis y neumonía. Asimismo, ayuda en caso de diarrea y estreñimiento, ya que posee sustancias digestivas como pectinas y fibra.

Las distintas partes del vegetal son empleadas dentro de la herbolaria mexicana: la infusión que se obtiene de hojas, raíz y corteza de tejocote es útil en el tratamiento de problemas del aparato digestivo, y cuando se le agrega manzanilla y otras hierbas, permite eliminar parásitos intestinales.

El tallo es muy apreciado en la elaboración de artesanías y utensilios, o bien, para utilizarse como leña. Las hojas son consumidas por el ganado durante el pastoreo, además de que se ha visto que los frutos aumentan la cantidad de leche en la ordeña.

Recetas con Tejocote

Dulce de Tejocote (México en tu Mesa)

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Dulce de Tejocote, México en tu Mesa

INGREDIENTES
2 l de agua
1 kg de tejocotes firmes
½ kg de azúcar
2 rajas de canela de 10 cm
½ cucharadita de semillas de anís
3 clavos de olor
4 granos de pimienta gorda

PROCEDIMIENTO

  1. Calentar el agua en una olla a fuego alto. Al hervor, introducir los tejocotes. Cuando la piel de la fruta da la impresión de haberse inflado, disminuir el fuego y pelar uno a uno los tejocotes. Pelada cada fruta, debe regresar al agua caliente para continuar su cocción y evitar la oxidación de la pulpa.
  2. Envolver las cáscaras en un trapito limpio o gasa; hacer un amarradito e incorporar a la olla. Continuar la cocción hasta que los tejocotes estén suaves pero firmes. Retirar el amarradito y la fruta, bañar los tejocotes con un poco del líquido de cocción y reservar.
  3. Colar el líquido y regresar a la olla. Agregar el azúcar y las especias, cocinar a fuego medio.
  4. Hervir hasta conseguir la consistencia de un jarabe (almíbar). Llegado este momento, disminuir el fuego e incorporar los tejocotes escurridos. Mantener el hervor durante 10 minutos más. Enfriar a temperatura ambiente.
  5. Servir el dulce en platitos hondos o guardar en frascos de vidrio esterilizados.

En el México antiguo, se utilizaban como endulzantes la miel que producían las abejas meliponas y las avispas, así como el jarabe obtenido de la ebullición del aguamiel proveniente del maguey. A la llegada de los conquistadores, estas fuentes de sabor dulce fueron sustituidas en gran parte por la miel de abejas europeas y el azúcar, principalmente. Esta última, aunada a las frutas locales y las introducidas de otras latitudes, permitieron, a través de técnicas de preparación como el dulce de tejocote, conservar las frutas para ser consumidas fuera de su temporada de cosecha.

Atole de tejocote 

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Atole de tejocote,(https://cursos-especiales.org/receta-para-hacer-atole-de-tejocote/)

Ingredientes:

70 gramos de masa para tortillas
600 mililitros de agua
200 gramos de tejocotes pelados y sin hueso
150 gramos de azúcar
400 mililitros de leche entera
1 rajita de canela
Clavo al gusto

Preparación:

  1. Primero debemos licuar la masa con 150 mililitros de agua hasta que quede deshecha, la colocamos a fuego lento hasta que tenga consistencia espesa.
  2. Por otro lado y en lo que nuestra masa esta lista, licuamos perfectamente los tejocotes junto con el agua restantes y el azúcar, colamos y vaciamos a la mezcla anterior añadiendo una rajita de canela.
  3. Dejamos hervir un por unos 15 minutos moviendo constantemente para que no se pegue, agregamos la leche y el clavo al gusto, hervimos de nuevo hasta que la leche comience a subir.
  4. Finalmente servimos caliente.

¡A comer tejocote en estas temporadas y disfrutar de su delicioso sabor y beneficios para la salud!. Recuerda que al consumir alimentos de temporada respetamos los ciclos que tiene la naturaleza y por lo tanto nuestro cuerpo.

Fuente:

Salud y Medicinas