Por Gloria Muñoz Ramírez, Ojarasca, 10 de septiembre de 2016

LA POBLACIÓN LOCAL SE HA DADO A LA TAREA DE CUIDARLO Y DENUNCIAR LAS VIOLACIONES A LA NORMATIVIDAD AMBIENTAL DE EMPRESAS QUE OFERTAN “TÚ CASA CON BOSQUE INCLUIDO”

LAS DEMANDAS PENALES CONTRA EL COMITÉ SALVABOSQUE Y LA PERSECUCIÓN PROMOVIDA POR LA EMPRESA SPINELLI PROVOCARON PRONUNCIAMIENTOS DE SOLIDARIDAD EN VARIOS PAÍSES

Una gran puerta con caseta terminada es la entrada principal al fraccionamiento residencial en construcción Bosque Encantado, en Zapopan, municipio de la zona metropolitana del norte de Guadalajara.

Del otro lado se observa el trabajo de dos excavadoras, nada inusual si no fuera porque sendos letreros dan cuenta de la clausura de la obra. El supervisor, apostado en una camioneta gris en la calle, refiere a una clienta que “la obra va”, que “sólo se están aclarando las cosas”, “nada grave”, dice, teniendo como fondo una maquinaria que no para de funcionar e ignora los sellos de clausura. El supervisor no oculta lo que el escenario deja al descubierto: “Seguimos trabajando en la infraestructura”. Así, como si nada.

Bosque Encantado es uno de los siete fraccionamientos que están en construcción (de un total de 20 proyectos planeados) en los alrededores y dentro del Bosque Nixticuil, uno de los dos pulmones verdes más grandes de la zona conurbada. Ambicionado desde hace más de una década por empresas inmobiliarias, el bosque es defendido por la población local organizada en el Comité Salvabosque, que se ha dado a la tarea de cuidarlo y denunciar las violaciones a la normatividad ambiental en que han incurrido las fraccionadoras que ofrecen “Tú casa con bosque incluido”.

Los integrantes del Comité, creado en 2005 para evitar la devastación del nicho ecológico, son hoy criminalizados. Ni siquiera pueden dar sus nombres para esta entrevista, pues el pasado 30 de agosto el abogado de la empresa Spinelli Corporation, responsable de Bosque Encantado, alertó en conferencia de prensa celebrada en el Club de Industriales sobre dos demandas, una penal y otra civil, en contra de sus integrantes.

Hay una demanda, anunció el abogado José Pablo Ramos Castillo, “en contra de quienes se ostentan como representantes del comité Salvabosque en defensa del Bosque del Nixticuil, por las constantes calumnias y falsedades que se han hecho en contra de Spinelli y las cuales no tienen sustento legal alguno y que obviamente están dañando fuertemente la imagen de la empresa”. También, informó, se les demandó vía penal por amenazas, extorsión y chantaje.

En febrero del 2015 la inmobiliaria Spinelli Corporation taló una zona de dos hectáreas del bosque Nixticuil, derrumbando alrededor de 150 árboles nativos, encinos, tepames, huizaches y huamuchiles, denunció Salvabosque, organización que registró en video la entrada de la maquinaria pesada y la devastación consiguiente autorizada por el gobierno municipal de Zapopan, presidido entonces por el priísta Héctor Robles Peiro, quien otorgó el permiso de urbanización y construcción y avaló el derribo de los árboles.

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) también dieron el visto bueno, exentando a la empresa de presentar un cambio de uso de suelo, basándose en los estudios de la propia inmobiliaria que indicaban que el terreno no era forestal.

A partir de ese momento el Comité Salvabosque inició una campaña para detener la devastación, pero la demanda jurídica ante la Profepa no procedió porque “ya estaban concedidos los permisos”, mismos que se obtuvieron presentando una manifestación de impacto ambiental en el municipio de Zapopan. La Procuraduría, denunció el Comité Salvabosque, tenía que determinar si el predio era o no forestal, “pero sin realizar ningún estudio, avalaron el que presentó la empresa”.

La Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable marca que un predio se considera forestal cuando el 10 por ciento de su superficie está cubierta por árboles. El estudio de Spinelli indicaba que el terreno tenía sólo el 8.2 por ciento de cobertura forestal y Profepa lo aceptó como válido en un acto de “buena fe”, y acto seguido la Semarnat dijo sí a la construcción. No tomaron en cuenta estudios de ambientalistas independientes que refieren que el predio talado por Spinelli tiene una cobertura arbórea del 29.4 por ciento (el triple de lo que marca la ley).

Las denuncias del Comité y las movilizaciones de la población lograron una primera clausura temporal de la obra a finales del mes de febrero de 2015 , por “tala de arbolado urbano sin consultar a los vecinos”, pero la medida no duró ni dos meses, pues la construcción se reactivó con un amparo que interpuso la inmobiliaria ante el Tribunal Administrativo de Jalisco, donde el magistrado Alberto Barba les concedió la suspensión de la clausura. Y volvieron con mayor celeridad a operar los trascabos, excavadoras, aplanadoras, el ir y venir con camiones de carga con material de construcción, pues además se acercaba el cambio de gobierno local.

Las denuncias públicas continuaron pero nada paraba las obras. En julio de 2015 cinco casas del fraccionamiento Los Robles, contiguo a Bosque Encantado, se inundaron y se agrietaron los muros debido a que se removió la cobertura forestal por las obras de Bosque Encantado. Las familias afectadas demandaron a Spinelli, empresa que prometió una reparación de daños que hasta la fecha no ha llegado, por lo que algunos de los propietarios tuvieron que abandonar sus hogares.

Ante el deterioro de las casas, el 18 de marzo de 2016 el Comité Salvabosque promovió una demanda colectiva ante el Primer Juzgado de Distrito en materia civil, por afectación al derecho humano al medio ambiente sano, la firmaron 42 personas de los barrios Arcos de Zapopan, Los Robles, Lomas de Zapopan, Colinas de Los Robles, pero fue rechazada con el argumento de que no tienen personalidad jurídica. Los ambientalistas impugnaron y hasta hoy no tienen respuesta.

El 18 de junio de 2016, se cayó una barda perimetral de 30 metros lineales del fraccionamiento vecino de Los Robles, lo que ocasionó, cinco días después, una segunda clausura, aunque en los hechos Spinelli la ignoró y continúa con las obras.

Pablo Lemus, del Partido Movimiento Ciudadano, ganó la alcaldía de Zapopan y entró en funciones en octubre de 2015. En su campaña, la defensa del Nixticuil fue su bandera. Incluso en su página web se retomó una fotografía del Comité Salvabosque y se afirmaba: “Cuando sucede algo como la tala sistemática de un bosque, cuando sucede un acto de barbarie ante una autoridad cómplice u omisa, es responsabilidad de todos defenderlo”. El funcionario alega que los permisos los otorgó la administración anterior, pero él se ha negado a emprender un juicio de lescividad para revocar licencias.

Las demandas penales contra los integrantes del Comité Salvabosque, la amenaza sobre ellos y ellas, y la persecución promovida por la empresa Spinelli, ha provocado una oleada de pronunciamientos de solidaridad, tanto en México como en otras partes del mundo. “No están solos”, les dicen desde Uruguay, Bolivia, Estados Unidos, Argentina, España y organizaciones y colectivos de muchas partes de México.