Por Matilde Pérez U., La Jornada, 13 de octubre de 2016

En una década la superficie para la siembra de alimentos orgánicos creció hasta 600 mil hectáreas y México se ubicó en el tercer lugar en dicho tipo de producción, detrás de la India e Indonesia, sostuvo Gerardo Noriega, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

Dicha actividad genera 245 mil empleos directos, más de 600 millones de dólares anuales y 80 por ciento de la producción se exporta, precisó durante el foro Agricultura orgánica en México, que se realizó en la segunda Feria de la Cultura Rural en la UACh.

Aseguró que en suelos restaurados de manera orgánica y con esquemas de alto rendimiento los campesinos pueden multiplicar los rendimientos de sus cosechas y tener los suficientes ingresos para pagar un certificado de agencia, cuyo costo supera los 30 mil pesos, o bien acceder a un certificado participativo. “Sólo incrementando rendimientos en producción será posible tener un precio competitivo o similar al del producto convencional”.

Homero Blas Bustamante, de la Asociación Mexicana de Productores Orgánicos, dijo que los precios de los alimentos orgánicos son altos, pues sólo se comercializan en 62 mercados del país; para que éstos bajen se requiere políticas públicas que incentiven la producción, abran nuevos mercados, que se sumen más productores y aumenten la variedad.

Rita Schwentesius Rindermann expuso que la certificación de productos orgánicos es cara porque “es un negocio de más de 24 agencias certificadoras que hay en el país, de las cuales nueve son reconocidas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), por lo que los productores optan por la certificación participativa”.

De acuerdo con la Sagarpa, en 2015 las exportaciones de productos orgánicos certificados del país alcanzaron los 136 millones de dólares y hasta abril de este año las ventas se estimaron en 49 millones de dólares.

La mayoría de los alimentos orgánicos son producidos por pequeños agricultores que se localizan en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Campeche, Tabasco y Veracruz; se exportan porque la gente prefiere los productos convencionales, asentaron los participantes en el citado foro.