Por Ecoticias, 22 de septiembre de 2016

El candidato republicano Donald Trump considera que el cambio climático es un mito y “un engaño” y que él “no es un creyente”.

En su propio sitio web de campaña asegura que no le interesa promover el uso de energías verdes por su excesivo costo y que hasta podría eliminar la Agencia de Protección del Ambiente (EPA) y sus regulaciones porque entorpecen el buen funcionamiento de las empresas.

Además, ha dicho que en un gobierno suyo apostaría por fomentar la industria del petróleo y por promover la producción de energía nuclear.

El 26 de mayo de este año, además, declaró en North Dakota que de resultar elegido como presidente, él buscaría la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático porque “es malo para los negocios de Estados Unidos”.

“Vamos a cancelar el acuerdo de París sobre el clima y vamos a suspender todos los pagos de dólares de Estados Unidos para los programas de calentamiento global de Naciones Unidos”, dijo el candidato.

Aunque las reacciones en contra de todas las afirmaciones anteriores no son nuevas, a pocas semanas de las elecciones, 375 científicos prominentes de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos -incluyendo entre ellos a 30 ganadores del Premio Nobel y a intelectuales del calibre de Stephen Hawking-, decidieron escribir y publicar un manifiesto conjunto para explicarle a Donald Trump que está equivocado y como darle la espalda al consenso mundial contra el calentamiento global sería una decisión desatinada.

Estos son los 5 principales argumentos de quienes se han autodenominado Científicos Responsables.

“Durante las primarias del partido republicano se ha afirmado que no hay un calentamiento global, o que si existe, se debe a causas que están fuera del alcance del hombre.

Estas declaraciones son inconsistentes y no tienen ninguna relación con la realidad (…) El cambio climático provocado por los seres humanos no es una creencia, un engaño o una conspiración. Es una realidad física”, recalca la carta.

“Las consecuencias de dejar el Acuerdo de París serían severas y de larga duración para el clima de nuestro planeta (…) Los combustibles fósiles alimentaron la revolución industrial.

Sin embargo, la combustión de petróleo, carbón y gas también causó la mayor parte del aumento histórico en los niveles atmosféricos de gases de efecto invernadero que atrapan el calor.

Este aumento de los gases de efecto invernadero está cambiando el clima de la Tierra (…)

La ciencia básica de cómo los gases de invernadero atrapan el calor es clara y lo ha sido durante más de un siglo”. Se debe actuar sin demoras. “A partir de estudios de los cambios en la temperatura y el nivel del mar durante los últimos millones de años, sabemos que el sistema climático tiene puntos de inflexión.

Nuestra proximidad a estos puntos de inflexión es incierto. Sabemos, sin embargo, que el rápido calentamiento del planeta aumenta el riesgo de cruzar puntos climáticas de no retorno y podría poner en marcha cambios a gran escala en las corrientes de circulación oceánica, la pérdida de grandes capas de hielo y la extinción de especies.

Las consecuencias climáticas de sobrepasar dichos porcentajes no se limitan a los próximos clos electorales. Tienen una vida útil de muchos miles de años”.

“Negarse al acuerdo dañaría la credibilidad internacional de Estados Unidos. La retirada de Estados Unidos -del Acuerdo de París- transmitiría un claro mensaje al resto del mundo de que ‘a Estados Unidos no le importa el problema mundial del cambio climático provocado por los seres humanos y que cada quien está por su cuenta'”, advirtieron.

“Alejarse del Acuerdo de París hace que sea menos probable que Estados Unidos tenga un papel de liderazgo en términos políticos, económicos y morales. No podemos darnos el lujo de cruzar ese punto de inflexión (…)

Estados Unidos puede y debe ser un participante importante en el desarrollo de soluciones innovadoras para el problema de la reducción de las emisiones de gases de invernadero”, coinciden los firmantes.

El Acuerdo de París, negociado y pactado el año pasado entre 195 países en la capital francesa, compromete a estas naciones a tomar medidas para que la temperatura del planeta no aumente más de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales con el objetivo de evitar los peores efectos del cambio climático.

El alza de la temperatura a más de esa cifra se considera un gran riesgo de que se multipliquen devastadores fenómenos naturales como inundaciones, tormentas y sequías, así como la extinción de especies y el desplazamiento de poblaciones completas de sus países.

Este acuerdo ya ha sido ratificado ya por 61 países entre ellos Brasil, Argentina, México, Corea, China y Emiratos Árabes. Como reacción a ello, este miércoles 21 de septiembre de 2016 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon, aseguró que se sentía optimista. “Cuando el acuerdo de París entre en vigor este año, será un gran paso adelante en nuestro camino hacia un futuro más seguro, más equitativo y más próspero” , dijo el líder.

Faltan aún varios países de ratificar y presentar sus propuestas domésticas para lograr los compromisos climáticos pactados.

FuenteEcoticias
Trabajo en la ciudad de México. Doy seguimiento a la demanda contra el maíz genéticamente modificado y a labores de educación sobre consumo orgánico, comercio justo y soberanía alimentaria.