Por Mercedes López Martínez, Vía Orgánica y Regeneración Internacional

Esta pasividad del juzgado es alarmante, puesto que puede reflejar favoritismo a favor de Sagarpa, Semarnat, Monsanto, Syngenta Dow Agrosciences, Pioneer,–todos demandados- a pesar de que no han presentado ninguna prueba científica para demostrar que el maíz genéticamente modificado es inocuo para la salud humana y el medioambiente.

Por ello, la comunidad demandante hace un llamado a la sociedad civil para estar pendiente a fin de evitar un fallo del juzgado, que pueda revertir la medida precautoria para la suspensión de permisos de cultivo comercial de maíz genéticamente modificado, o que pueda inclinar el juicio a favor de los demandados.

Cabe recordar que la demanda colectiva fue impulsada por 53 personalidades y 20 organizaciones civiles de los ámbitos mediambiental, científico, campesino, apicultor, en defensa de los derechos humanos, de consumo y artístico en julio de 2013 ante los posibles daños a las generaciones presentes y futuras de México por la siembra comercial de maíz genéticamente modificado en México.

A lo largo de 3 años la demanda ha pasado por diversos vericuetos legales para desgastar a la comunidad demandante a través de 102 impugnaciones del gobierno federal y las empresas, 26 juicios de amparo, 16 recursos de revisión, 15 quejas y siete impugnaciones contra la admisión de la demanda.

Lo más grave ha sido la complicidad de instancias del gobierno mexicano como Sagarpa y Semarnat con las empresas. No obstante que son las responsables de aplicar el principio precautorio, que establece medidas protectoras para el medioambiente por parte de los Estados cuando exista daño grave e irreversible y ante la falta de certeza jurídica absoluta de que ciertos productos o tecnologías no conllevan riesgo para la salud pública o el medioambiente[1].

Pero sucede todo lo contrario, pues tanto Semarnat como Sagarpa han litigado contra la comunidad demandante –representante de la población mexicana que se alimenta de maíz- para proteger los intereses de empresas extranjeras sin ética como Monsanto, la cual, en octubre próximo será juzgada en el Tribunal Internacional de la Haya por crímenes contra la humanidad.

Evidencia de pruebas

Actualmente, como se mencionaba antes, el juicio se encuentra en el proceso de ratificacion del juez a los ofrecimientos de prueba, donde está detenida la primera evidencia de pruebas donde se demuestra la presencia de transgenes en razas nativas de maíces mexicanos, lo cual resulta una prueba contundente de que el maíz GM va a contaminar el maíz mexicano que fue desarrollado con tantas variedades por grupos campesinos desde hace siglos.

No obstante que las industrias presentaron estudios elaborados y pagados por las ellas mismas, como argumento legal y científico, lo cual implica conflicto de interés porque como es costumbre de las empresas en procesos de litigio, los resultados están manipulados a su favor.

Por ello, hay que estar pendientes ante la amenaza. Mientras tanto, hacemos un recuento de los principales logros y retos de la demanda:

Suspensión de siembra comercial y piloto de maíz transgénico, en todo el país desde septiembre de 2013 hasta la fecha, por mandato judicial.

Adhesión a la demanda de amplios sectores de la sociedad civil como la comunidad de chefs más famosos del país (Enrique Olvera entre ellos) que se han sumado a la defensa del maíz nativo; de la cantante Lila Downs; del maestro Francisco Toledo, reconocido pintor que se ha manifestado contra el maíz GM a través de diversas obras de arte y pronunciamientos; la adhesión de artistas de música, cine y teatro.

Asimismo, ha sido importante el apoyo de diversas rganizaciones emblemáticas de México, América Latina y otros países a favor de la demanda como Greenpeace, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Yo no quiero transgénicos en Chile, Organic Consumers Association, y el grupo de Biodiversidad Ambiental de Costa Rica, quienes han realizado campañas en defensa del maíz tradicional.

Retos de la demanda

Difundir de forma más amplia y permanente los avatares de esta lucha social y defensa jurídica para que la población mexicana conozca los riesgos a los que está expuesto su principal alimento, que además ha sido fuente de leyendas tradicionales, artesanías, combustibles, entre otros usos.

Compartir esta información e involucrar en la lucha a más comunidades campesinas e indígenas, quienes continúan sembrando y preservando el maíz criollo mexicano, con su riqueza y belleza plasmada en sus variedades y colores, pero para quienes ha dejado de ser sostenible económicamente sembrarlo por la falta de estímulos al campo y la importanción de maíces de mala calidad de otros países, sobre todo de Estados Unidos.

Sobre todo, a raíz de las campañas mediáticas emprendidas por las empresas transnacionales como Monsanto, Syngenta, Dow Agrosciences y Pioneer, que invierten cantidades millonarias en páginas web donde descalifican a quienes defienden el maíz y los cultivos tradicionales, para publicitar sus semillas genéticamente modificadas que han probado su inefectividad en el combate al hambre, en el desarrollo de modelos de agricultura sanos y en el fortalecimiento de la economía campesina, pues sus productos son caros y tienen que comprarse con un paquete tecnológico; además de los daños a la salud humana por el contacto con herbicidas como el glifosato, que fue declarado como posible cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud.

Cómo te puedes sumar

Si requieres mayor información sobre la demanda colectiva, sumarte a las actividades en defensa del maíz y la biodiversidad mexicana, o gustas hacer donativos, te recomendamos consultar página web https://demandacolectivamaiz.mx/wp/demanda-contra-el-maiz-transgenico/

[1] El principio precautorio fue instituido en la Declaración de Río de Janeiro y fue aprobada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992.